jueves, 14 de abril de 2016

Añoranza de romería.

Cuando llega el mes de abril se me abren las ventanas del corazón para soltarme de la melancolía, quitarme la nostalgia y sentirme como cualquier cervatillo o águila que corre o vuela por esa bella serranía donde se encuentra la Basílica Santuario de nuestra Señora de la Cabeza.
La caricia de la brisa o el aire que me trae el olor de la Jara, el tomillo o el Romero, el susurro del agua que va desprendiendo la corriente del Jandula, son motivos de sobra para sentirme alegre de nuevo, sabiendo que llega una nueva romería.
Y así poder de nuevo contemplar la dulce mirada y sonrisa de la que un día me cautivó con su tez morena, la chiquita y guapa, Virgen de la Cabeza, al igual que mi Patrona jerezana.


Volver a encontrarme para convivir unos días con numerosos amigos que van llegando con sus respectivas hermandades siempre con un Viva a la morenita. Y así vivir momentos inolvidables con mi fraternidad mercedaria.
Porque tengo que decir que soy un Romero porque me siento Romero que viene cada año de Jerez de la Frontera.
Desde aquí, se siente y se vive desde que llegó él que nos enseñó el camino, a que se nos abra cada Abril, esas ventanas que nos lleva hacia a ti, Madre bonita, Reina de sierra morena.


SEÑORA DE LA CABEZA
VIVA LA VIRGEN DE LA CABEZA

Jose Antonio Ortega Ruiz.



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